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SECTOR AGRARIO ES OBJETO DE UNA CAMPAÑA DE DESINFORMACIÓN

Mientras las bancadas democráticas del Congreso están trabajando en un proyecto de ley de promoción agraria, que reemplace a la  pésima Ley Agraria actual (Ley 31110, conocida como “Ley Agrari Sagasti”) y que retome el espíritu de la exitosa Ley de Promoción Agraria (Ley 27360), se han comenzado a difundir una serie de mentiras acerca de la situación actual de la agricultura en el Perú. Se trata de una verdadera campaña de desprestigio, impulsada por grupos de izquierda radical, los viejos enemigos de cualquier iniciativa productiva que saque a los peruanos de la pobreza, así como grupos económicos con intereses subalternos, 

Impulsada por grupos radicales y con intereses subalternos

La denuncia sobre esta “campaña de desprestigio” la ha hecho la propia Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP) que, mediante un comunicado, ha refutado todas esas mentiras. Según el gremio, esas mentiras solamente “buscan desinformar, desprestigiar al sector y enfrentar a trabajadores y empresas”. Básicamente son tres las mentiras que se están difundiendo a través de diversos medios, y que AGAP desmiente en ese comunicado.

  1. Es falso que los trabajadores del sector agrario formal no tengan derechos laborales. Todos los trabajadores del sector tienen derecho a CTS, gratificaciones, vacaciones, seguro de EsSalud, bonificación BETA (Bono Especial por Trabajo Agrario, que hace que el sueldo mínimo en este sector sea más alto que en cualquier otro) y beneficios adicionales al del régimen general. AGAP enfatiza que “no está de acuerdo con quienes proponen eliminar la remuneración mínima vital en el sector agrario”.

  2. Es falso que la Ley de Promoción Agraria solo haya beneficiado a un pequeño grupo de empresas agroexportadoras. La Ley 27360 benefició a todos: a las personas naturales y jurídicas, a las empresas agrícolas y pecuarias, a la agroexportación y a la agroindustria.

  3. Es falso que la naturaleza temporal del empleo agrario sea un recurso de los empresarios del sector para afectar a los trabajadores. La actividad agraria tiene ciclos biológicos a los cuales se debe adaptar; la temporalidad es una característica del trabajo agrario en todo el mundo y en todos los tiempos. 

No obstante, AGAP reconoce que en los últimos años el sector agrario se ha visto afectado por una serie de problemas: la crisis política, económica y social, la derogatoria de la Ley de Promoción Agraria (y la puesta en vigencia de la Ley Agraria Sagasti), diversos fenómenos naturales (El Niño, por ejemplo), el incremento del precio de fertilizantes y fletes marítimos, entre otros.

Todo ello se ha visto reflejado en las cifras oficiales del años 2023: caída del PBI agrícola (-4.1%), caída de las exportaciones agrarias en TN (-4.9%), caída de la PEA ocupada agraria (-12% desde el 2020), pérdida de empleos agrarios (casi 100,000 mensualmente de agosto 2023 a febrero 2024), aumento de la informalidad agraria (a 90%) y aumento de la pobreza rural (a 41.1%).

Todas estas cifras remarcan la necesidad de contar con una nueva Ley de Promoción Agraria, un nuevo marco regulatorio promotor que impulse la inversión privada en el sector, respetando los derechos laborales, que genere empleo formal y que incorpore a la pequeña agricultura a las cadenas modernas agrarias.

Recordemos que en las dos décadas de vigencia de la anterior Ley de Promoción Agraria, las agroexportaciones se incrementaron de US$ 651 millones hasta los US$ 10,000 millones, se captaron más de US$ 20,000 millones en inversiones y la pobreza en las regiones agroexportadoras se ubicó muy debajo del promedio nacional.

TOMADO DE: El Montonero

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