SI A LA BICAMERALIDAD

por Francisco Diez-Canseco Távara (*)

Debe crearse no un distrito único, de carácter nacional, sino uno de carácter múltiple en el Senado para que cada región tenga un representante

El retorno a la bicameralidad, hoy por fin en debate en el Congreso, significa la devolución al pueblo de la prerrogativa de contar con dos cámaras legislativas que ejerzan un balance positivo en las funciones del Congreso que son las de representar, fiscalizar y especialmente legislar.

Se abusa de la mala memoria política de nuestro país cuando se argumenta que ya la ciudadanía rechazço la bicameralidad en el manipulado referéndum convocado por Vizcarra: debe recordarse ,con toda claridad, que Vizcarra propuso en su fallida reforma política el retorno a la bicameralidad pero luego dio marcha atrás porque el Congreso, en la ley que se sometió a referéndum, incluyó una modificación de la cuestión de confianza que hubiera terminado con el uso y abuso que de ésta hizo el propio Vizcarra para gobernar a su antojo.

Los congresos unicamerales son viejas armas de las dictaduras y de los gobiernos autoritarios porque les facilitan el manejo de dichas instituciones. Castillo, en un congreso bicameral, hubiera tenido que amarrarse,por ejemplo, con los “Niños de  Acción Popular» por partida doble, en cada cámara y, muy probablemente, no se hubiera cometido el grave error en que incurrió el Congreso actual al aprobar la ley de desgravación del IGV a productos de la canasta básica prescindiendo de que dicho impuesto se genera desde los insumos y se va trasladando en una suerte de cascada hasta llegar al producto final y,si no tiene desfogue -que es lo que ocurrió en este caso-,se convierte en parte del costo y se incorpora al precio final de venta.

Debe crearse no un distrito único, de carácter nacional, sino uno de carácter múltiple en el Senado para que cada región tenga un representante, aplicándose la cifra repartidora en la Cámara de Diputados con las distorsiones usuales para que las regiones de menor electorado como Tumbes, Madre de Dios y Tacna tengan sus propios diputados.

E incorporar la figura innovativa e indispensable de la revocatoria del mandato para que los otorongos sepan que no pueden entornillarse por 5 años al servicio de sus propios y, a veces ,corruptos intereses, sino que deben cumplir a cabalidad con sus promesas electorales y con el mandato del pueblo que los eligió velando por sus necesidades y legítimas aspiraciones.