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LA LIBERTAD DEL SER

Escribe: Gustavo Blanco Ocharan

gblancociticars@gmail.com

 

El libertinaje nunca aporta siempre afecta, menoscaba y desnaturaliza la esencia de la libertad porque trastoca la primera norma de convivencia, el respeto y consideración

 

Ser libre es un privilegio y a la vez una responsabilidad que supone haber alcanzado una mínima dosis de madurez a nivel de consciencia, vale decir, haber “despertado” para dejar que la energía emerja y se canalice, manifestando su original esencia que consiste en fluir permanentemente; sin ataduras, forcejeos, engaños, fricciones, sin mayores expectativas, simplemente fluir en silencio, en armonía, en sintonía, en autonomía, con alegría y en paz.
Hemos afirmado que no fuimos creados perfectos pero sí libres, esa es la esencia del ser en su núcleo profundo y primigenio; esa es la semilla, el grano de mostaza que compartimos con la divinidad, el Amor Incondicional creativo, compasivo, generoso e ilimitado.
La libertad actúa en diferentes niveles, tanto en el plano físico como en la esfera mental, emocional y espiritual; para ser completamente libre y actuar con responsabilidad se requiere temple y valor para elegir y tomar decisiones en nuestro beneficio pero considerando también la comunidad y el entorno. Ejercemos el libre albedrío con intención y propósito de seguir creciendo espiritualmente en ascendencia y trascendencia.

 

Libertad y libertinaje
La interpretación equivocada del atributo de la libertad es el libertinaje que se presenta irresponsable como una tentación fácil que distorsiona y caricaturiza un valor puro y positivo  convirtiéndolo en una potencial amenaza, perjudicial y dañina.
El libertinaje nunca aporta siempre afecta, menoscaba y desnaturaliza la esencia de la libertad porque trastoca la primera norma de convivencia, el respeto y consideración hacia los congéneres y la propia responsabilidad social, la común unidad, olvidando que el derecho propio termina donde empieza el derecho de los demás.
Todos aspiramos a la libertad plena como un derecho natural; sin embargo, a veces el subconsciente, la información sesgada, la influencia del entorno paternal, familiar o social nos condiciona a ser personas dependientes, entonces vemos casos de codependencia personal, económica o afectiva que impacta el crecimiento saludable del individuo, menoscaba su desarrollo físico, psíquico y social y actúa como una sombra que quita luz al natural brillo espiritual.
Si bien es cierto que la privación de la libertad física, la cárcel es uno de los castigos penitenciarios más duros para un ser humano, existen otras barreras menos visibles que también se convierten en castigos encubiertos, penas que nosotros mismos podemos imponernos sea por desconocimiento, por incapacidad, por comodidad o por baja autoestima, e incluso por miedo a lidiar con la libertad que aspiramos.
En ocasiones las barreras mentales construidas por nuestras creencias, miedos y carencias nos cierran las puertas de la libertad e independencia y preferimos la seguridad inmediata que la conquista de nuestros propios sueños; otras veces las estructuras familiares, sociales y culturales nos asignan tareas en función de las estructuras preconcebidas, los prejuicios o las tradiciones que de alguna manera también nos limita, nos atrapa y condiciona.
Somos seres sociales destinados a vivir en comunidad a integrarnos y compartir pero también somos seres libres que debemos reivindicar nuestra independencia porque si bien somos una parte ligada al Todo, es nuestro compromiso vibrar, brillar y autenticar nuestra individualidad.
La búsqueda vuelve a dirigir los reflectores hacia nuestro interior, en él podemos encontrar respuestas, podemos sanar heridas, superar pruebas, reconocer dones y talentos; equilibrar emociones, armonizar los pensamientos, recrear los sueños y aspiraciones, conectar con las ondas permanentes, profundas y sabias de lo que podemos identificar como la divinidad, el Ser Superior, la Inteligencia Universal, hasta encontrar el propósito de nuestra presencia y expandir la razón de nuestra existencia.
La libertad te procura autonomía, que es guiarte por tus propias normas; te da independencia que significa elegir tu propio camino, te prepara para ser consecuente de tus decisiones y dejar de buscar culpables porque eliminaste de tu vida el papel de víctima; por eso afirmamos que la libertad es un privilegio que requiere mucho valor, temple, perseverancia y determinación pero también mucha humildad, aprendizaje continuo, entrega, desprendimiento, confianza y fe; porque tienes que creer en tu capacidad, tus instintos, tus intuiciones y tu potencial como un ser humano único, libre y eterno, hecho a imagen y semejanza del Espíritu Infinito.

 

California, noviembre 13, 2022.

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