¿Y AHORA POR DONDE VAMOS?

Escribe: Aldo Lorenzzi Bolaños

 

No podemos seguir perdiendo el tiempo preguntándonos como país, como Estado, en este problema que nos ha desbordado y que cada cierto tiempo nos obliga a hacernos la pregunta ¿Y ahora por dónde vamos?; ya que lo único que podemos hacer para lograr vencer a la delincuencia es una estrategia clara y sólida, no hay mayor formula de éxito,

 

Por estos días se habla mucho de la inseguridad ciudadana, y las estrategias que se deben de tomar para disminuir los robos, los asesinatos por encargo, las extorciones y otro tipo de acciones delictivas, que ya son parte del día a día de nuestro país.

Muchos expertos en esta materia, dan posibles soluciones, y las han dado durante años, sin embargo, considero que, para poder tener una verdadera estrategia para disminuir la inseguridad ciudadana en nuestro país, se necesita una serie de acciones que mencionaremos en párrafos posteriores.

Hoy, ya se está hablando hasta de “Bukelisar” el Perú para tener efectividad en la lucha contra los delincuentes; sin embargo, hasta ahora no se entiende que la solución no solo es tener más policías, ni más motos, ni más armas, sino es tener un plan objetivo para llegar a las soluciones.

Debemos de entender que este problema, se debe de atacar en varios frentes, lo primero es combatir la pobreza y dar educación a la población en riesgo de que pueda convertirse en un delincuente, lo segundo es controlar la política migratoria de manera eficiente ya que las tasas de migración informal, son muy altas,  lo tercero es hacer una reforma al sistema de justicia en forma profunda, en cual la fiscalía tenga fiscales, que sepan tipificar los delitos y los jueces tengan plazos especiales  para algunos delitos que podrían ser  flexibles para poder otorgar las prisiones preventivas y de esta forma no se escapen los delincuentes por tecnicismos.

Lo siguiente es que el Estado invierta en política penitenciaria, quiere decir construir tres penales uno de máxima seguridad, y dos para reos primarios, lo cual permitirá diseminar el hacinamiento actual de la población penal en nuestro país.

No podemos seguir perdiendo el tiempo preguntándonos como país, como Estado, en este problema que nos ha desbordado y que cada cierto tiempo nos obliga a hacernos la pregunta ¿Y ahora por dónde vamos?; ya que lo único que podemos hacer para lograr vencer a la delincuencia es una estrategia clara y sólida, no hay mayor formula de éxito, para esto.