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BOLUARTE Y BUKELE

Escribe:  Francisco Diez-Canseco Távara (*)

 

El Perú no requiere un Plan Bukele. Lo que necesita es un gobierno que, utilizando las armas de la Constitución y la ley, ponga con energía, firmeza y sin caviaradas las cosas en orden

 

No es sorpresa que hayan surgido las voces de quienes consideran que, para frenar la delincuencia en el Perú, debemos copiar el Plan Bukele, o sea seguir la estrategia desarrollada por el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para librarse de las organizaciones criminales llamadas “maras” que prácticamente controlaban barrios enteros y disponían con impunidad de la vida de sus habitantes.
Bukele gobierna hace largos meses en estado de excepción y ha metido a la cárcel a miles de estos mafiosos, incluyendo un número reducido e indeterminado de inocentes, en el marco de un régimen autoritario, elegido por votación democrática que, de otra forma, difícilmente hubiera podido doblegar a estos grupos delincuenciales que se habían apoderado de esa nación y cuyos integrantes se identifican con llamativos tatuajes.
La situación del Perú es completamente diferente, salvo el hecho claro que la delincuencia sigue creciendo de manera imparable y la aparición de organizaciones como el “Tren de Aragua” ,que es un regalito enviado desde Venezuela por el déspota Maduro , cierne una amenaza que, hasta ahora felizmente está muy distante de lo que han significado las maras en El Salvador.
Bukele, en un momento determinado, cuando aún no contaba con mayoría parlamentaria, tomó con el Ejército el Palacio Legislativo para forzar la aprobación de una ley destinada a financiar su plan de seguridad. Tenía, sí, amplio respaldo popular que le sirvió en una elección ulterior para tomar el control de la Asamblea Legislativa y, a través de ella, el de la Sala Constitucional de la Corte Suprema que le ha abierto el camino de la reelección pese a que ésta es inconstitucional en El Salvador.
El Perú no requiere un Plan Bukele. Lo que necesita es un gobierno que, utilizando las armas de la Constitución y la ley, ponga con energía, firmeza y sin caviaradas las cosas en orden. Por ejemplo, que al señalar un estado de emergencia lo haga cumplir y no permita que se impida el izamiento del pabellón nacional a una partida de subversivos que hace tiempo deberían estar presos y que de una vez por todas haga respetar el perdido principio de autoridad en un marco mucho más complejo que el de Bukele, ya que la señora Boluarte tiene un 82 por ciento de desaprobación y carece de partido político y bancada parlamentaria.
Bukele se define como “el dictador más cool del mundo mundial”.
¿Cómo definimos a la señora. Boluarte ?
(*) Presidente de Perú Acción
Presidente del Consejo por la Paz

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