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¡NACIONALIZACIÓN DEL PETRÓLEO SIN OPOSICIÓN A LA VISTA!

El Ejecutivo está empeñado en un nuevo salvataje de Petroperú que implicaría el desembolso de más de US$ 2,000 millones. El posible aporte del fisco a una empresa estatal virtualmente quebrada se sumaría a los US$ 2,500 millones desembolsados por el Estado en el 2022. Pero la cosa es más grave. Si a estas astronómicas cifras le sumamos el hecho de que el Proyecto de Modernización de la Refinería de Talara ya cuesta más de US$ 6,000 millones, Petroperú se convierte en una de las empresas más ineficientes de la historia nacional.

Ni la derecha política ni el empresariado asume un papel más activo

Pero allí no queda la cosa. Ante el vencimiento de los contratos de concesión de los lotes I, VII y Z-69, el Ejecutivo decidió adjudicarlos directamente a Petroperú. Es decir, una empresa que no cesa de sangrar los recursos fiscales es premiada con contratos que, en cualquier país del mundo, demandarían nuevas inversiones para mantener e incrementar la productividad de los mencionados lotes. ¿Cómo, pues, en este estado de cosas Petroperú va a desarrollar nuevas inversiones?
A la luz de estos hechos es incuestionable, entonces, que el gobierno de Dina Boluarte está procediendo a nacionalizar la política petrolera. Sin embargo, ya sea desde el Congreso o desde los propios gremios empresariales no se nota una oposición frontal a este proceso nacionalizador.
El reflotamiento permanente de una empresa estatal virtualmente quebrada no solo amenaza la disciplina fiscal y la fortaleza macroeconómica –tal como ha quedado establecido en la gestión del ministro Alex Contreras en Economía– sino que se convierte en el mejor aliado de la recesión, de la caída de la inversión privada y la tendencia general al aumento de la pobreza. ¿Cómo así el sector privado y los mercados van a volver a invertir en el país si el fisco pone en riesgo la disciplina fiscal para mantener una empresa que solo tiene el respaldo de Perú Libre y las izquierdas en el Legislativo?
De alguna manera el programa de nacionalización de los recursos naturales comienza a implementarse sin Castillo en el poder. Una especie de castillismo sin Castillo.
Asimismo, vale recordar que todos los experimentos de nacionalizaciones de recursos naturales han terminado en estrepitosos fracasos en América Latina. Allí está el caso de Petróleos de Venezuela (PDVSA) que, antes de la estatización en 1998, producía 3,12 millones de barriles de petróleo por día. Hoy, en el régimen de Maduro, apenas se producen 800,000 barriles por día. Una verdadera catástrofe a pesar de que Venezuela tiene las mayores reservas probadas de este hidrocarburo.
Ahora bien, algunos pueden confundirse e interpretar que no estamos ante una virtual nacionalización del petróleo, porque Petroperú ha subcontratado con el sector privado la gestión de los lotes que se le acaba de adjudicar directamente. Sin embargo, cualquier subcontrata no implica la obligación de desarrollar inversiones, sino de producir y explotar el recurso, tal como sucedió con el modelo de nacionalización del gas en Bolivia.
En el país altiplánico la nacionalización implicó que Yacimientos Fiscales de Bolivia (YPF) asumiera la titularidad de las concesiones de los yacimientos de gas, mientras se subcontrataba con el sector privado para explotar el recurso. Es evidente que las compañías subcontratistas no estaban obligadas a invertir en nuevas exploraciones. Hoy Bolivia comienza a quedarse sin gas. Por ejemplo, en el 2014, antes de las nacionalizaciones, en Bolivia se producían 59 millones de metros cúbicos de gas por día. Hoy apenas se produce entre 35 y 38 millones en medio de una grave tendencia declinante. Otro resultado devastador.
¿Qué sucede con la derecha política y empresarial en el país con respecto a la nacionalización del petróleo? En Venezuela y Bolivia se nacionalizaron los recursos naturales para extraer la riqueza nacional y utilizarla en los proyectos autoritarios del castrochavismo. ¿Por qué los peruanos debemos aceptar el nuevo intento de crear una super empresa para las izquierdas antidemocráticas en medio de la recesión y el aumento de la pobreza?
TOMADO DE: El Montonero

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