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TRANSPORTE PUBLICO PERUANO: SOS

Escribe: Aldo Lorenzzi Bolaños

El costo del tiempo perdido en el tráfico y los efectos en la salud mental de los ciudadanos son problemas que afectan la calidad de vida y la productividad.

La Av. Javier Prado, una de las avenidas más importantes de Lima Metropolitana, se envuelve en el tráfico crítico de todos los días. Los pasajeros, que aguardan con ansias un transporte público de calidad, hacen colas interminables para subir a los buses y combis. En esa espera que desespera pierden tiempo y dinero para moverse por la Ciudad de los Reyes.
El transporte público peruano se encuentra en una situación crítica que afecta a las principales ciudades del país, lo que impacta negativamente en la calidad de vida de los ciudadanos que dependen de este servicio. A pesar de las múltiples reformas planteadas a lo largo de los años, la situación no ha mejorado significativamente.
El problema radica en la falta de calidad y eficiencia en el transporte público, lo que contrasta con la proliferación de vehículos particulares que circulan por las calles. Si bien el aumento de autos puede reflejar un crecimiento económico, no es un indicador válido para medir la calidad de vida de la población. La verdadera medida del bienestar público debe orientarse hacia la calidad y disponibilidad del transporte público.
Según estudios de consultoras internacionales, como la Tom Tom Traffic, Lima es considerada una de las ciudades con peor tráfico y conductores de la región. Esta situación se agrava por la informalidad en el sistema de transporte público, que incluye colectiveros y paraderos informales, entre otros problemas.
Para abordar esta problemática de manera efectiva, es necesario implementar una reforma integral desde el Ministerio de Transportes y Comunicaciones en colaboración con los gobiernos locales y regionales. Esta reforma debe ir más allá de medidas aisladas y buscar soluciones sostenidas en el tiempo. Es esencial promover la integración de diversas formas de transporte, como corredores, tranvías y vehículos menores, para ofrecer alternativas eficientes a la población y reducir la dependencia del automóvil particular.
Además, se debe fomentar el uso de otros medios de transporte y promover el teletrabajo en las empresas, con incentivos tributarios para aquellas que implementen estas medidas. El costo del tiempo perdido en el tráfico y los efectos en la salud mental de los ciudadanos son problemas que afectan la calidad de vida y la productividad. La implementación de políticas serias y sostenidas es fundamental para lograr una reforma integral y mejorar el transporte público en el Perú.

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