Show perverso. La utilización por parte de Pedro Castillo y del ministro de Salud, Hernán Condori, de una bebé de 11 meses que «padece de enfermedades múltiples» y necesitaba ser trasladada con urgencia a un centro de salud; pero que en vez de eso fue llevada primero a Palacio de Gobierno para que los medios de comunicación hagan las tomas respectivas, generó una oleada de críticas.
Una vez en Lima la bebé no fue llevada de frente a un centro de salud como se esperaba, sino que se procedió a trasladarla a Palacio de Gobierno para montar una especie de show mediático
La bebé fue traída a Lima a bordo de un helicóptero desde Mala (Cañete), luego que los padres de la niña, Walter Delgado Condorachay y Jenny Rosas Saavedra, le suplicaran al mandatario- quien se encontraba cumpliendo actividades en ese lugar- que los ayude, en la medida que la menor requería «con urgencia» de atención médica especializada.
Una vez en Lima la bebé no fue llevada de frente a un centro de salud como se esperaba, sino que se procedió a trasladarla a Palacio de Gobierno para montar una especie de show mediático en donde uno de los actores principales fue el propio Hernán Condori quien- con un estetoscopio en mano- comenzó a auscultar a la pequeña; pero- claro está- en una posición tal que la escena fue captada por todas las cámaras de los medios de comunicación que hacen guardia en Palacio de Gobierno.
Según trascendió horas más tarde, la criatura tenía un problema congénito; específicamente de labio hendido y, al parecer, la «urgencia» no era tal como pretendieron hacer creer.
Finalmente el solícito Condori tomó a la pequeña en sus brazos y la condujo hacía una ambulancia del Servicio de Atención Móvil de Urgencia (SAMU) que había llegado minutos antes al lugar.
Sin embargo, antes que la pequeña y sus padres partieran hacía el Instituto Nacional de Salud del Niño, hizo su aparición en el lugar Pedro Castillo, quien en vez de preocuparse por el estado de salud de la bebé, empezó a saludar- con la mano en alto- a algunos conocidos que pasaban por el lugar para dar la impresión- probablemente- que estaba recibiendo un pequeño baño de popularidad por su supuesta desinteresada buena acción.