POLÍTICA EN LA IGLESIA
Escribe: Francisco Diez-Canseco Távara (*)
Hace muchos años, un prominente miembro del clero me dio un consejo: tienes que tratar a los curas como políticos, no como sacerdotes.
Las recientes declaraciones del Cardenal Pedro Barreto, luego de reunirse con Pedro Castillo en Palacio de Gobierno, han puesto una vez más en evidencia la inaceptable intromisión del sector caviar de la Iglesia Católica peruana en temas de política inmediata que colocan a la iglesia matriz de nuestra Patria en medio de un debate cuya voz altisonante inicial ha sido la del comunista Vladimir Cerrón quien afirma en twitter : “Golpe eclesiástico ? Si el cura aún no se ha enterado, hay un partido que ganó las elecciones y el resto sería usurpación. La intromisión del clero para elegir un premier o un gabinete es totalmente inaceptable”.
Castillo, por cierto, sigue jugando con los diversos sectores marxistas a los cuales pertenece, dentro del marco de su pigmentaria formación ideológica; y la ira que ha despertado Barreto en Cerrón se suscita en la enfática afirmación de éste de que “habrá un nuevo premier que no dependa de Perú Libre o del entorno del Presidente”.
Se ha preocupado Barreto por las graves acusaciones de corrupción que pesan sobre Castillo? Obviamente no. Para un político con sotana como dicho cardenal esta es la oportunidad de llegar al Poder y evidentemente se la ha tomado tan en serio que ha puesto en evidencia, una vez más, que en la ética trastocada de los caviares los valores morales – que son eje fundamental de nuestra fe católica- poco o nada valen.
Hace muchos años, un prominente miembro del clero me dio un consejo: tienes que tratar a los curas como políticos, no como sacerdotes. Y, en el curso del tiempo, pude constatar la veracidad de esa afirmación ,lamentablemente en algunos casos con las mismas desviaciones y falencias que percibimos en buena parte de quienes fungen de políticos en un escenario de decrepitud moral e ideológica.
Cerrón es un personaje con sentencia penal por corrupción -además de multitud de denuncias- que se pasea por el escenario como si nada hubiera ocurrido tal como su discípulo predilecto y hoy Jefe del Estado, Pedro Castillo, lo sigue haciendo pese a graves acusaciones por el mismo motivo: ¡va el Cardenal Barreto a limpiarlos con su presencia o ,por el contrario, ¿Está embarrando a la Iglesia católica con un régimen realmente impresentable?
(*) Presidente de Perú Nación
Presidente del Consejo por la Paz