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VIOLENCIA Y DDHH EN ECUADOR Y EL PERÚ

Escribe:  Francisco Diez-Canseco Távara (*)

 

la Corte Interamericana de DDHH emitió un sesudo fallo caviar que, entre otros puntos, incluyó una reparación monetaria para los terrorista ahí encarcelados que, en el caso de Osmán Morote -número 2 de Sendero- llegó a 200 mil dólares.

El desborde de violencia en el Ecuador ha sido claramente explicado por el Presidente de ese país Daniel Noboa: frente al manejo de las cárceles asumido por las organizaciones criminales debido a la lenidad y mano blanda de los regímenes anteriores, Noboa inició un frontal operativo destinado a recuperar el control de los centros de reclusión y los mafiosos respondieron ,en un abierto desafío, con las acciones registradas seguramente creyendo que, una vez más, las autoridades darían marcha atrás.
Puede algo similar ocurrir en el Perú? En la práctica, las asonadas ocurridas después del autogolpe del corrupto Pedro Castillo constituyeron un intento en el que la extrema izquierda, grupos criminales y la OMC (Organización Mafiosa Caviar) se sumaron para desestabilizar el sistema y recolocar a dicho delincuente en un puesto al que jamás debió llegar.
Como de costumbre, ya la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDDHH)  intervino para prevenir que las Fuerzas Armadas y la policía ecuatoriana cometan “excesos”. Y los derechos humanos de la población civil y los propios soldados y policías donde quedan?  Para los caviares que controlan ese organismo -y todo el sistema interamericano- en una aplicación distorsionada y obsoleta de la doctrina clásica de los DDHH sólo quien ejerce juridicción -ergo las fuerzas del orden- pueden violarlos.
El colmo fue cuando, precisamente a raíz del levantamiento de Sendero Luminoso en el penal Castro Castro y su ulterior allanamiento, la Corte Interamericana de DDHH emitió un sesudo fallo caviar que, entre otros puntos, incluyó una reparación monetaria para los terrorista ahí encarcelados que, en el caso de Osmán Morote -número 2 de Sendero- llegó a 200 mil dólares.
El informe de la CIDDHH sobre lo ocurrido en nuestra Patria -respondido por el gobierno de Boluarte en forma débil e incongruente- es otro ejemplo del cinismo de la OMC en su afán de imponer sus planteamientos totalitarios bajo la careta de la defensa de la democracia -su propia “democracia”– y los DDHH.
Sabemos, por tanto, cual va a ser la posición de la CIDDHH frente al caso ecuatoriano. Es una buena ocasión para que el gobierno peruano cierre filas con el de ese país y, en su momento, denuncien a la OMC sin temor ante la Asamblea de la OEA reclamando el respeto irrestricto por los DDHH de nuestros compatriotas y denunciando el permanente complot de la mafia caviar para desestabilizar la democracia en nuestros países.
No tenemos porque regalarles el sistema interamericano de DDHH. Debemos luchar para recuperarlo.
(*) Presidente de Perú Nación
Presidente del Consejo por la Paz

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