Sigue , lamentablemente, siendo un peligro para nuestra Patria. Por cierto, según parece, con el apoyo de los mafiosos que hoy gobiernan al Perú.
El delito principal cometido por Antauro Humala con el “Andahuaylazo” no fue ciertamente el de secuestro y aún el de homicidio, cuya nueva calificación, de homicidio calificado a simple, habilitó a la Corte Suprema para reducirle la pena de 25 a 19 años el 2011,a pocos días de asumir el Poder su hermano Ollanta, quien, con cálculo político que lo reivindica, no lo indultó.
El delito principal de Antauro es el de rebelión, tipificado con precisión en el artículo 346 del Còdigo Penal que establece una pena de 10 a 20 años. El criterio de la sentencia original, modificada repito el 2011,fue aplicar la pena máxima, dentro del concurso de delitos cometido por Antauro Humala ,que obviamente no correspondía al delito de rebelión sino al de homicidio calificado , en este caso de miembros de la Policía Nacional, que es de 25 a 35 años. Los etnocaceristas mataron a 4 policías.
Lo cual demuestra, una vez más, la frágil estructura de nuestra democracia que, en la hipótesis de una rebelión que atenta contra el sistema, debe gozar de parámetros legales que le permitan defenderse : por ejemplo, aumentar la pena por rebelión a 35 años y la redención de ésta basarla no sólo en los días trabajados y estudiados sino en el real y efectivo arrepentimiento del delincuente y la certeza de su reincorporación positiva y pacífica a la sociedad.
Este no es ciertamente el caso de Humala quien, en el curso de su estadía en prisión, y gozando de un status privilegiado, ha mantenido su prédica subversiva y su salida de la cárcel es, a todas luces, la continuación, ahora en libertad , de dicha posición extremista ,antidemocrática y violentista precisamente en una coyuntura de profunda crisis política y social generada por cuatro décadas de gobiernos corruptos y la llegada al poder de una banda criminal de extrema izquierda.
Contribuí, por razones principistas y ante el pedido de mi amiga, doña Elena Tasso de Humala, a que Antauro no fuera ejecutado extrajudicialmente por la Policía Nacional luego de su captura en Andahuaylas. En esa ocasión, señalé ante los medios que ,eso sí, merecía cadena perpetua.
Dentro del mismo lineamiento de defensa irrestricta del ordenamiento legal ,del sistema democrático y de los Derechos Humanos creo que deben usarse ahora todas las herramientas que nos dan las leyes y la Constitución para que Antauro Humala permanezca en prisión.
Sigue , lamentablemente, siendo un peligro para nuestra Patria. Por cierto, según parece, con el apoyo de los mafiosos que hoy gobiernan al Perú.
(*) Presidente del Consejo por la Paz Presidente de Perú Nación
