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FUE POR LANA Y SALIÓ TRASQUILADO

Por Francisco Diez-Canseco Távara (*)

Tal como ocurrió recientemente en un restaurant del Cuzco -donde en las elecciones generales obtuvo cerca del 90 por ciento- Pedro Castillo fue por lana y Salió trasquilado durante la ceremonia del 64 aniversario del Hospital Rebagliatti en la que fue abrumadoramente abucheado y acusado de corrupción por los concurrentes.

La respuesta de Castillo no se dejó esperar: acusó a sus acusadores de así denunciarlo porque “hoy no tienen espacio para robarle a este pueblo”. Lo cual obligó al inefable ministro Salas a hacer una “interpretación” realmente circense de las palabras de Castillo, unas horas después.

No hay duda que cada ladrón cree a los demás de su misma condición y éste, por el cargo que aún ostenta, tiene su comparsa de adulones y cómplices que le siguen la cuerda.

Lo que no se ha percibido con la importancia debida es el texto del discurso mal leído por Castillo mientras le gritaban corrupto: en dicha “pieza oratoria”, se refiere al pueblo del Perú como si éste estuviera solamente integrado por proletarios, en el típico lenguaje de lucha de clases que practican los comunistas de todos los pelajes.

Sólo que, en su caso, al “pueblo” no pertenecen quienes tienen la osadía de denunciarlo, en este caso frente a frente, no sólo por la inmoralidad y el engaño que lo caracterizan, sino también por el desgobierno de un régimen que está hundiendo a nuestro país y en el que es obvio que Castillo ni siquiera está enterado de las graves deficiencias de atención a los usuarios que caracteriza al sistema de salud estatal del Perú, lo cual es parte del deslumbramiento del Poder de este seudo campesino, “prosor” y rondero.

La mazamorra ideológica que caracteriza a los mensajes de Castillo es, sin duda, fruto de su ignorancia y del enfoque marxista leninista de sus asesores que, de esta manera, pretenden azuzar la lucha de clases.

El problema para estos predicadores del enfrentamiento y creyentes en que la violencia es la partera de la historia se suscita cuando Pedro Castillo decide improvisar y, como en este caso, crea una nueva subdivisión por la cual son corruptos todos los que se oponen a su vergonzoso desgobierno.

La impresión que queda es muy clara: Castillo y su organización criminal – según la Fiscal de la Nación- no dejarán el Poder de manera alguna y se seguirán aferrando a él con uñas y dientes mientras puedan hacerlo. Y no han renunciado a sus oscuros objetivos comunistas por más que su narrativa de hoy esté concentrada en la defensa, siempre llena de mentira y engaño, de los atropellos que vienen cometiendo contra el pueblo peruano. Debemos enfrentarlos y derrotarlos.

(*) Presidente de Perú Nación.

 Presidente del Consejo por la Paz

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