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LA DICTADURA TECNOLÓGICA

Escribe: María del Pilar Tello

 

 

Lassalle considera que corresponderá a América Latina junto a Europa y a un grupo de actores globales, intentar cambiar el curso de las cosas y construir una ciberdemocracia fundamental.

 

Más allá de nuestra conflictiva y angustiante coyuntura política nacional nos toca apartarnos de vez en cuando para observar la marcha del mundo y en especial ese proceso de profundo y fuerte impacto en las vidas cotidianas de todos los seres humanos, que es la gran transformación tecnológica que vivimos cada día y en todos los momentos. No se trata solo de la parafernalia de artefactos y gadgets que nos invaden con una modernidad innovadora y fascinante que no cesa, sino de la forma en que la generación de nuestros datos y su análisis profundo, permite la predicción y la conducción de nuestras conductas. Vivimos llevados por los algoritmos y la inteligencia artificial a través de dispositivos inteligentes que representan sorpresas y contradicciones. Sin dejar de mencionar la presencia determinante de las grandes corporaciones tecnológicas que manejan, a través de sus plataformas, aspectos vitales de la humanidad.
Ya está en librerías mi libro LA DICTADURA TECNOLOGICA. El Big Data, base de un nuevo poder, publicado por la Universidad Ricardo Palma, fruto de una investigación realizada durante la pandemia, sobre el debate universal acerca del nuevo poder que surge de la tecnología, que se manifiesta en la política, en la comunicación, en la vigilancia y hasta en el pensamiento de la sociedad. Este inmenso cambio nos convoca a su estudio y conocimiento, amplio y plural. Y a escuchar voces internacionalmente reconocidas para la reflexión a fin de que todo este complejo devenir, de gran significación, sea favorable a los objetivos comunes de educación y desarrollo como lo señala José María Lassalle, Director del Foro Mundial Humanismo Tecnológico, en su generoso Prólogo en  el cual reclama nuestra atención y reflexión para exigir marcos regulatorios y de ética pública, para poner equilibrios en las relaciones de la humanidad con la tecnología.
En palabras de Lassalle, autoridad mundial en este tema, el que los cambios sean positivos depende de la atención y de la sapiencia de la sociedad. Y de entender que todo poder debe ser ejercido con límites y contrapoderes. “María del Pilar Tello no tiene miedo de desnudar al emperador del siglo XXI y mostrar su poder. Las grandes corporaciones ejercen un poder aristocrático que no tiene control ni reglas. Un poder asentado sobre la gestión de nuestros datos y la administración de los algoritmos. Un poder arbitrario, guiado por utilidades económicas que discriminan mediante sesgos que solo ven en nosotros a consumidores de contenidos y usuarios de plataformas. La profesora Tello disecciona este poder, saca a la luz sus resortes arbitrarios puestos al servicio de modelos de negocio que están insertos dentro de un capitalismo cognitivo y plataformizado que carece de regulaciones. Un poder que crece exponencialmente. Que extiende sus fronteras más allá de lo inimaginable, que amplía su capacidad de cambio sobre el conjunto del planeta y de la humanidad, a golpe de innovaciones audaces y descuidadas de cualquier condicionamiento ético y que nos hacen cada vez más vulnerables y, sobre todo, dependientes de la revolución digital”.
Con estas palabras, que agradecemos por venir de tan alto crédito universal, recibimos una alerta de que “bajo esta transición se aceleran y agudizan las tensiones estructurales de un planeta que afrontará pronto una crisis de sostenibilidad digital si no diseña un marco regulatorio que defina una ética pública para la tecnología. En un planeta en el que se intensifican y crecen las desigualdades mientras la libertad se disuelve por culpa de la irradiación de un poder tecnológico que las corporaciones de Silicon Valley y Shenzen acrecientan sin límites ni control”.
A no dudarlo estamos ante un debate en el que todos estamos concernidos desde que todos somos usuarios de una tecnología que a partir de la Internet nos lleva a una época aún desconocida. Bien dice José María Lassalle que nos adentramos en los umbrales de un tiempo que se acelera y nos conduce a un punto en el que, quizá, no haya retorno. Felizmente estamos ante una reacción mundial, de la cual debemos ser parte desde la academia y desde la política, siguiendo a Europa que tiene muy clara esta problemática y toma cartas en el asunto. Y a Estados Unidos que reacciona ante el peso de las corporaciones tecnológicas como son Google, Facebook, Apple, Amazon y Microsoft, monstruos económicos de nuestro tiempo, con un poder tan inmenso como el que mostraban las grandes empresas de fines del siglo XIX antes de que se aprobaran las leyes antimonopolio.
Lassalle considera que corresponderá a América Latina junto a Europa y a un grupo de actores globales, intentar cambiar el curso de las cosas y construir una ciberdemocracia fundamental. Y afirma que nos tocará hacerlo porque estamos ante uno de esos momentos estelares de la historia de la humanidad que marcan un antes y un después. En este caso, alrededor de cómo nos relacionamos con la tecnología y con la inteligencia artificial a la que debemos controlar y no permitir que nos controle. 

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