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INFORME REVELARÍA QUE PEDRO CASTILLO “TIENE EL IQ DAÑADO”

Según el periodista Carlos Paredes, la capacidad cognitiva del expresidente quedó expuesta durante la campaña electoral, especialmente en las entrevistas que ofreció. La causa sería un problema de desnutrición en la primera infancia.

 

Para el director del dominical ‘Contracorriente’, el IQ de Castillo quedó expuesto en la campaña electoral, en especial en sus entrevistas.

El periodista Carlos Paredes reveló la existencia de un informe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) en el cual se cataloga a Pedro Castillo Terrones, entonces presidente de la República, como una persona con “IQ (cociente intelectual) dañado”. 
“Sobre Pedro Castillo, primero, es el IQ. Hay un informe en la DINI, que se ha realizado un análisis técnico sobre la capacidad cognitiva del expresidente y la conclusión es que la tiene profundamente dañada, probablemente por una desnutrición en su primera infancia”, sostuvo en el programa ‘Combutters’.
Para el director del dominical ‘Contracorriente’, el IQ de Castillo quedó expuesto en la campaña electoral, en especial en sus entrevistas.
“Cuando [Castillo Terrones] pasa sorpresivamente a la segunda vuelta dejó de dar entrevistas, después de la entrevista que le dio a Diego Acuña. Ese señor es el que ha gobernado. No estuvo preparado ni para robar”, agregó.
El Cociente Intelectual (CI), en inglés Intelligence Quotient (IQ), según los especialistas, es un valor que resulta de la aplicación de un test estandarizado, es decir ‘adecuar’ la prueba a un procedimiento específico para que su uso sea similar en cualquier entorno.

¿Hay fiabilidad en este tipo de pruebas?

Se estima que los expertos de la DINI, específicamente los profesionales en psicología, aplicaron la prueba no solo estandarizada al expresidente hoy preso, sino que, además, la misma fue adaptada para que valore sus respuestas y conocimientos, sin que esta pierda sus propiedades semánticas y psicométricas originales.
Muchos especialistas difieren sobre la fiabilidad de tales pruebas, partiendo del concepto que “la inteligencia es algo demasiado complejo y subjetivo como para poder medirla.
Sin embargo, anotan que “una batería de pruebas, estandarizadas y adaptadas al entorno donde se aplican, sí pueden, atendiendo a la edad, cuando se trata  mediar las habilidades cognitivas y la capacidad intelectual de un sujeto, relacionándolo con su grupo de edad.”

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