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LA TOMA DE LIMA

Escribe: Aldo Lorenzzi Bolaños

La lucha de las empresas en América Latina contra la corrupción – EMPRESA

 

la Toma de Lima, no debe ser una frase con el que se pretenda dar un mensaje de destrucción y caos, algo que intentan lograr los extremistas de izquierda, sino el mensaje debe ser de construcción y progreso para todos los peruanos de bien, como lo hicieron aquellos emprendedores valientes que tomaron Lima, hace años y hoy mueven la economía del Perú.

 

Cierto sector de la población, mayormente ubicado en el interior del país de posición radical, viene promocionando una marcha llamada “La Toma de Lima” la cual se estaría dándose por tercera vez. Este evento o marcha, que las facciones radicales de izquierda buscan tenga matices violentos en la capital, no es más que la intención de querer azuzar a una población que reclama derechos de los cuales son privados desde hace muchos años, no por Lima o por el gobierno de turno, o por nuestra carta magna, sino por la incompetencia y corrupción de las clases políticas regionales, que no les han permitido tener acceso a los servicios del estado de manera que satisfagan sus necesidades como ciudadanos.
Si pensamos en “La toma de Lima”, está ya se dio hace muchos años, cuando los peruanos de buena fe y emprendedores, “toman Lima”, para realizar su proyecto de vida para ellos y sus hijos, que vivían en el interior del país, sin acceso a muchos beneficios que la capital ofrecía, buscaron oportunidades y sí, que las encontraron. Construyeron empresas, dieron trabajo a muchas personas, crearon conglomerados comerciales como Gamarra, el parque industrial de Villa el Salvador, distritos pujantes como San Juan de Lurigancho, entre otros, grandes logros.
Por esta razón, no podemos dar cabida a discursos de rencor, que quieran enviar mensajes de divisionismo y odio a favor de intereses particulares, la toma de Lima debe de ser ahora, el ganarle los espacios que la delincuencia ha ido escalando y nos ha quitado, la informalidad que nos sobrepasa como ciudad, la pobreza en las zonas periféricas de Lima, las enfermedades como la anemia en nuestros niños que debemos vencer y el hambre de muchos vecinos limeños. Esa debe ser la verdadera toma de Lima.
Hoy el Perú, podría tener las mejores oportunidades de desarrollo, que no se repita la historia de siempre, los peruanos debemos de mirar hacia un futuro que tengamos como horizonte la construcción de un país unido, reconocido por su desarrollo a nivel internacional, no tomemos el camino de la pobreza, de la informalidad en la que nos hemos visto envuelto en los últimos años.
Por eso la Toma de Lima, no debe ser una frase con el que se pretenda dar un mensaje de destrucción y caos, algo que intentan lograr los extremistas de izquierda, sino el mensaje debe ser de construcción y progreso para todos los peruanos de bien, como lo hicieron aquellos emprendedores valientes que tomaron Lima, hace años y hoy mueven la economía del Perú.

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