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GILERO MONSE

Dicen en los mentideros políticos que Nicanor Boluarte se está frotando las manos con gran fruición. Lo cierto del caso es que, el affaire Otárola, recientemente expuesto en televisión por estar intercambiando favores amatorios por contrataciones en el Estado con jóvenes féminas, no hace más que revelar la situación moral de nuestra política. Es una clara radiografía de nuestra política doméstica, que pasa por los mocha sueldos, los violadores en los despachos congresales, los ministros que hacen de las suyas y, en general, todo aquel que se sirve de la dorada burocracia, sus mieles y su maná.

 

Más allá de la expresión y consecuencias políticas, en lo humano y ético Otárola se encuentra en una posición claramente penosa, que oscila entre el acoso sexual y lo que el DRAE define como intercambios sexuales por prebendas,

Es muy curioso observar cómo algunos líderes y lideresas políticos se rasgan las investiduras, hablando y haciendo gala de bolsillos vacíos, de no ser corruptos, cuando a la vez -en la realidad-  exhiben un comportamiento absolutamente distinto, como el caso de Toledo, que gritó a los cuatro vientos que no era corrupto y que tenía las manos limpias; como el caso de la Villarán, que dijo lo mismo, pregonó lo mismo y embaucó a mucha gente en ese camino, para al final terminar reconociendo exactamente lo contrario con ingentes montos y esclavizando a la Capital a unos peajes leoninos, que nunca tuvieron una contratación legal, desde el punto de vista jurídico, porque son acuerdos hechos por la empresa con ella misma a través de agentes estatales previamente comprados por grandes coimas.
Así las cosas, lo que se puede apreciar de los penosos audios y videos que se han expuesto, sobre el comportamiento sentimental y amatorio de Otárola son ciertamente penosos desde el punto de vista humano, desde el punto de vista moral, exhibiendo poca estima y caballerosidad; y, también desde el punto de vista de la mujer, puesto que, está de por medio una señorita joven a quien se le fuerzan sentimientos que no parece tener y a la que claramente se le ofrece, a cambio de sus favores, el anzuelo de la contratación. “Mándame tu CV” insiste el amador, “pero no tiene que ser documentado”, apostilla el galán; son algunas de las penosas expresiones que se le oye decir al (¿ex?) premier a una joven a la que prácticamente se obliga a expresar sentimientos que a todas luces parece no tener en reciprocidad. Finalmente, sola o en complicidad es ella misma quien delata al Romeo, y que finalmente es ella misma quien entrega estos audios y videos para que puedan ser exhibidos en contra de la figura política de Otárola, quien políticamente parece estar gravemente herido de muerte.
No cabe duda que Otárola cumplió un papel importante en el gobierno de Dina Boluarte, debido a que, por un lado, se vendió ante ella como abogado todoterreno, y hay evidencia de que le insistió hasta la saciedad para hacer su defensa cuando la aún vicepresidenta sin funciones, y ministra en funciones tenía acusaciones por el caso del Club Apurímac. Después de eso, en su currículum resaltaba sus dotes en el ministerio de defensa -del que había sido licenciado como viceministro en la era Toledo, y al que regresó en el gobierno de Humala- como un gran estratega militar.
Por otro lado, cuando la presidenta Boluarte asume el poder por el golpe de Estado y debacle de Castillo, y su consecuente defenestración, Otárola, logra hacerse nuevamente del ministerio de defensa desde donde tiene una posición estratégica frente a los disturbios y desmanes que entonces ocurrieron, sobre todo, la tinka con “malía” que significó que Boluarte se equivocara en la designación del premier llamando a un anodino y casi mudo Pedro Angulo.
¿De dónde sacó a los principales colaboradores? Uno, como Otárola, de ser su abogado y, los otros, como Gutiérrez, o como el propio Angulo, de sus conocidos en la directiva del Colegio de Abogados de la que formara parte con antelación en lo que fue la máxima aspiración a la que había llegado, después haber transitado como funcionaria de segundísimo plano en la Reniec.
Pero las continuas tropelías acaecidas por la violencia ultra y los reclamos ciudadanos a la caída de Castillo, hicieron que cayera muy rápidamente un pusilánime Angulo, y que Otárola, expectante, quien en el fondo fungía como el premier en funciones desde el primer día desde el ministerio de defensa, se aupara con toda naturalidad hacia el premierato.

Otárola se encuentra en una posición claramente penosa, que oscila entre el acoso sexual y lo que el DRAE define como intercambios sexuales por prebendas, 

Así las cosas, dentro de lo claramente mediocre, era lo menos mediocre que exhibía la realidad pues, se decía que Otárola era un mal candidato a premier, pero que no había nadie mejor. Por tanto, ha servido de columna vertebral política para mantener a la presidenta Boluarte en el manejo del país como lo ha hecho hasta ahora en todo el año pasado. Hoy, sin embargo, la suerte de Otárola no luce nada fácil porque enfrenta luchas intestinas con, nada menos que, el hermanísimo de la propia presidenta Boluarte, y, claramente, lo que hemos visto el domingo es una jugada de ajedrez, en donde se quiere sacrificar a un alfil a cambio de recolocar piezas más importantes en el ajedrez político, sobre todo, de cara al inicio de la carrera electoral que nos llevará hacia las elecciones 2026, Dios mediante.
Más allá de la expresión y consecuencias políticas, en lo humano y ético Otárola se encuentra en una posición claramente penosa, que oscila entre el acoso sexual y lo que el DRAE define como intercambios sexuales por prebendas, puede que en dinero, en cosas o en bienes materiales, o en favores de muy diversa índole, eso en que la vida moderna tiene claramente una definición. En el mejor de los casos, lo exhibe como un “sugar daddy” como bien apuntara el congresista Anderson. Es así como aparece como un gilero monse, como un enamorador primerizo, que, claro, debido a sus escasas dotes físicas, y sus evidentes cualidades personales, tiene que anteponer beneficios económicos para conseguir aquello que desea con urgida ansiedad.
Dicen los que saben que la ansiedad en búsqueda del poder (gran afrodisiaco) está basada en tres pulsiones esenciales: (i) el dinero, (ii) la ambición-venganza, y, (iii) el sexo. Sin duda alguna, lo de Otárola no es más que un muy desagradable evento en la historia política del país, dilapidando su mandato ministerial y el -escaso- prestigio político que había acumulado a duras penas -pero que disfrutaba como bueno- con una oprobiosa salida y un licenciamiento basado en la muy complicada relación que traen las sábanas de una cama con la contratación estatal con dineros públicos.

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