La izquierda radical se opuso a la explotación del oro, cobre y zinc mediante el uso de moderna tecnología y sin contaminación. Se preguntan: ¿Dónde están ahora los radicales mineros que se opusieron al proyecto diciendo que ‘iba a desaparecer el limón y el cebiche?’
La población sufre ahora los embates de la minería informal con la secuela de la contaminación y dramáticos eventos sociales como la prostitución y la delincuencia criminal.
Casi dos décadas después de que grupos antimineros, aliados con los denominados caviares y la izquierda comunista iniciaran una campaña contra la inversión minera legal en el distrito de Tambogrande, la población sufre ahora los embates de la minería informal con la secuela de la contaminación y dramáticos eventos sociales como la prostitución y la delincuencia criminal.
Aproximadamente en 1999 en este distrito piurano se iba a ejecutar el proyecto Manhattan con una inversión estimada sobre los US $400 millones y la generación de cientos de puestos de trabajo, bajo los estándares internacionales de la modernidad tecnológica, la legalidad y la no contaminación.
Un sector de la Iglesia católica peruana emitió un pronunciamiento en marzo del 2002, en el que respaldó las violentas jornadas contra el proyecto minero.
En Lima, una astuta campaña de comunicación alertaba sobre la desaparición del ceviche porque, supuestamente, el proyecto minero acabaría con la producción del limón. Oxfam, institución que habitualmente financia las protestas contra la minería legal, Grufides y la Red Muqui, se convertirían en organizaciones decisivas para frustrar el proyecto.
¿Dónde están ahora los radicales antimineros?
Los últimos informes dan cuenta que la minería informal se viene apoderando de vastas extensiones del territorio de Tambogrande, especialmente de la parte alta del Centro Poblado Tejedores, donde se han asentado diversos campamentos mineros para la extracción de oro.
Los mineros informales han hallado una veta de oro en el cerro Leones, ubicado por el sector de Carrizalillo y San Pedro, pero las fuertes detonaciones de dinamita que se realizan sobre todo por las noches han alarmado a los agricultores de la zona, quienes no pueden hacer nada contra los empresarios mineros informales.
Según indican, los informales extraen el preciado mineral para luego llevarlo a Las Lomas donde es procesado para su posterior comercialización. Asimismo, han arribado foráneos y extranjeros para trabajar dentro de las minas, aunque existe otro grupo de moradores que han realizado sus propias excavacionesinformales para poder encontrar el mineral.
“Ahora reina la delincuencia, la prostitución y la violencia homicida”
En una nota editorial, el portal digital El Montonero dio cuenta que el negacionismo de las oenegés de izquierda llegó a tanto que incluso presentaron “pruebas”, mapas y declaraciones de líderes sociales y de autoridades, cuando había la posibilidad que la franco-canadiense iniciara operaciones extractivas en la zona, a principios del 2000.
Ahora resulta que en Tambogrande sí hay una terrible contaminación originada por cientos de mineros ilegales. Todo lo anterior está corroborado con datos que, a pesar de los obstinados rechazos ideológicos, sí existen.
Por ejemplo, según medios periodísticos locales, en el 2018 el entonces director regional de Energía y Minas, Francisco Javier Varillas Trelles, alertaba la existencia de 1.400 mineros ilegales en la zona.
El actual director, Aquiles Portal Tafur, indica que hoy habría más de 4,500. Asimismo, el referido funcionario señala que casi el 80% de esos mineros está en la zona de Tambogrande, Las Lomas, Suyo, Cuchicorral, San Sebastián, Servilleta.
Es bueno recordar que a principios del año 2005 la empresa Manhattan Sechura Compañía Minera, subisidiaria de la canadiense Manhattan Minerals, anunció su retiro definitivo del Perú y del proyecto minero Tambogrande, debido a la fuerte oposición social, encabezada por grupos radicales de izquierda.
“Esa zona hoy es tierra de nadie y el medio ambiente está siendo destruido”
El argumento principal del grupo radical señalaba que el proyecto minero Tambogrande contaminaría las aguas de los ríos Quiroz y Chipillico, arrasaría el valle de San Lorenzo y arruinaría la producción de mango y limón, principales productos agrícolas del distrito.
Bueno, ahuyentaron a la compañía y aparecieron miles de mineros informales que comenzaron a arrojar mercurio y cianuro para producir oro. Pues bien, entonces queremos saber, ¿Dónde están hoy los radicales antimineros?
Tambogrande es el primer proyecto minero frustrado debido a una cuidadosa y elaborada estrategia, en la que coincidieron las autoridades locales, un sector de la Iglesia católica, organizaciones sociales, productores agrarios, oenegés nacionales e internacionales y medios de comunicación.
Las violentas protestas del año 2001 fueron organizadas por Francisco Ojeda Riofrío, el entonces presidente del Frente de Defensa del Valle San Lorenzo y Tambogrande, y también ex alcalde distrital.
Aunque la izquierda quiera negarlo, hoy grandes zonas de Tambogrande están tomadas por los mineros ilegales. Esa zona hoy es tierra de nadie y el medio ambiente está siendo destruido.