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CRL. LEONCIO PRADO GUTIERREZ

Escribe: Alférez de Art. Luis Saldaña Valencia

Un día como hoy, 15 de julio, hace 139 años, fue vilmente fusilado el Coronel Leoncio Prado Gutiérrez, en Huamachuco, un mes y días antes de cumplir los escasos 30 años de edad, con una joven pero intensa una vida del héroe que desde siendo un niño, casi con 13 años, participó en la guerra contra España en 1866 y luego en la independencia de Cuba, donde también es héroe.

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“PUES QUE VOY A MORIR, MUERO POR MI PATRIA”.

Tal era su destino y su gloria.

Nace en Huánuco el 26 de agosto de 1853. Inicia sus estudios en el colegio de su pueblo, continúa en Lima y prosigue en Piura, donde el 1° de abril de 1861, antes de cumplir los ocho años, siguiendo la tradición de la época, viste el soñado uniforme militar, pasando revista como “Soldado Distinguido” en el Regimiento “Lanceros de la Unión”, comandado por su padre el Coronel Mariano Ignacio Prado, de quien fue hijo extramarital. Su madre doña María Avelina Gutiérrez, al verlo así ataviado, enmudece de emoción, pero cuando él quiere quitarse su uniforme le dice “No hijito, es tu destino”.
En 1865 acompaña a su padre, en todas las vicisitudes de la Campaña Restauradora, incorporándose después como Guardia Marina en la fragata “Apurímac”, asiste al Combate de Abtao el 7 de febrero al Combate del 2 de mayo de 1866, cuando aún no había cumplido los trece años.
En 1867, reinicia sus estudios en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. En un gesto hidalgo se solidariza, en un motín, con sus compañeros siendo expulsado junto con otros, no obstante que su padre era el Presidente de la República. Conociendo la intrepidez de su hijo, ordena que participe en una exploración a nuestra selva amazónica. Se extravía, sin que sus compañeros puedan hallarlo, pero llega a Iquitos por sus propios medios.
Esta experiencia, dada las duras contingencias, vigoriza su carácter, en una palabra, se hace hombre a los 15 años. Permanece en Iquitos, sirviendo en los vapores “Morona”, “Putumayo” y “Pastaza” entablando amistad con el sabio Raymondi.
Cuando su padre deja el Gobierno, renuncia a la Marina y viaja a EE.UU. para seguir estudiando; allí se relaciona con los cubanos. En 1874 junto con sus hermanos Justo y Grocio se alista en el Ejército Libertador, convirtiéndose en el paladín de la causa cubana. Le otorgan el grado de Coronel a la edad de 22 años. “Hay momentos que son omitidas las palabras y sólo los hechos deben hablar” dice Prado en su manifiesto a los cubanos y así era. Se hizo célebre por la captura, con sólo 10 hombres, del vapor Moctezuma, que después comandó con el nombre de “Céspedes”.
Recorre el mundo y quiere intervenir en la libertad de Filipinas, animado por sus ideales de justicia, cuando se entera que su patria está en peligro.
Retorna al Perú en agosto de 1879, dirigiéndose inmediatamente al Sur, donde se le encarga la organización de un Cuerpo de torpederos, instalándose en la isla “Alacrán” a inmediaciones de Arica, coopera en la defensa del Puerto.
Concurre a la batalla del Alto de la Alianza; posteriormente, en una acción guerrillera, cae prisionero, pero es puesto en libertad por el enemigo chileno por ser hijos del Presidente de la república del Perú, bajo palabra de honor y el compromiso de no tomar las armas en contra de Chile. Pero, ya en libertad, nuevamente se unió a la resistencia peruana bajo la admonición que ningún juramento contra la patria podría ser válido ni exigido en cumplimiento.  Su destino estaba ya escrito y su gloria estaba marcada: morir por la Patria.
Cáceres, el tenaz e infatigable héroe de la Breña lo recibe y le da el puesto de Jefe de Estado Mayor de la Primera División del Ejército del Norte. Concurre a la batalla de Huamachuco, donde cae herido. Cuando Cáceres, en su recorrido, oye unos quejidos pregunta ¿Quién es?, escuchando la respuesta: “Mi General, soy el Coronel Leoncio Prado. He cumplido mi deber”.
No obstante las previsiones del caso, lo toman prisionero y se convierte en Mártir al ser inmisericordemente fusilado por el enemigo chileno.
Antes de ser fusilado, dijo:
“PUES QUE VOY A MORIR, MUERO POR MI PATRIA”
Fue su destino y su gloria.

Tomado del FB. Adaptación de la semblanza de su biografía, realizada el 26 diciembre 1944, para la Promoción de la Escuela Militar que lleva el nombre del héroe, Coronel Leoncio Prado Gutiérrez.

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