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‘TO BE, OR NOT TO BE’

Con una Dina Boluarte bastante meliflua, no vamos a llegar muy lejos.  O es la Presidente, o no lo es.  Es ella la primera que debe convencerse de eso.

 

Así no va a llegar lejos, o es o no es. Ser o no ser, esa es la cuestión.  Pero, primero que nada, ella misma se lo tiene que creer.

 

Juró la presidencia conforme la Constitución hasta el 2024, conforme al mandato constitucional al ser la legítima sucesora del vacado golpista Pedro Castillo. Al día siguiente, ya sin su traje amarillo pollito, amaneció dudosa, y aceptó auto-recortar su mandato, y armó la tole-tole político constitucional.
Es que ella es de izquierda, y son sus ex amigos y ex compañeros de ruta los que ahora la insultan, le piden su renuncia y le hacen la guerra.  Pero ella no se define. A punta de periodicazos y de los fallecidos provocados por una violencia política, antes que por una real protesta social, la tienen al susto.  La manejan al susto.  Vive en la permanente indefinición.
Quiere que la policía y las FFAA garanticen la paz con cucuruchos de papel, pétalos de rosa y soplamocos, frente a gente armada que ocasiones caos, muertes, destrucción, que no han parado mientes en incendiar la casa de un congresista o de carbonizar a un valeroso miembro de la PNP.
En vez de cerrar la frontera con Bolivia, país inviable y Estado fallido, solo se ha limitado tardíamente, en prohibir el ingreso de algunos indeseables delincuentes internacionales capitaneados por Evo Morales, quien subvierte nuestra sociedad y nuestra paz a vista y mala paciencia de todos.  ¿Y el Estado? Pasivo e inerme.
Así no va a llegar lejos, o es o no es. Ser o no ser, esa es la cuestión.  Pero, primero que nada, ella misma se lo tiene que creer.  Y su premier -quien la mal acompaña y mal aconseja en temas políticos constitucionales- también.
Los fallecidos los provocan los violentistas, y rápidamente -con ayuda de algunos áulicos que nunca faltan- le pasan la cuenta a ella. Y ella, ya sin su traje amarillo pollito, se paraliza. Debe definirse. Es o no presidente del Perú. De todo el Perú y de todos los peruanos, sin excepción.
Señora Dina, dígase y dígale a su premier que la legítima defensa existe en un Estado de Derecho democrático y constitucional.

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